En Denia, entre 1870 y 1920, la comercialización de la pasa vivió su época dorada.
En Dénia, entre 1870 y 1920, la comercialización de la pasa vivió su época dorada. La capital de la Marina Alta experimentó una expansión urbanística, social, económica y cultural determinante para la economía y el desarrollo de la ciudad en aquella época.
En Dénia, el negocio de la pasa albergó desde los almacenes en los que se seleccionaba y empaquetaba la uva, hasta las fábricas de cajas, los estibadores y las compañías navieras. Así, el puerto de la ciudad se convirtió en epicentro de la exportación de uva pasa al norte de Europa y a varias ciudades de Norteamérica. Sin embargo, las viñas no se extendían únicamente por la Marina Alta, sino también por las comarcas de la Safor, la Costera, la Vall d’Albaida, la Ribera Alta y la Marina Baixa
Aunque su elaboración data de la época romana, el auge de la pasa en Dénia surgió en la segunda mitad del siglo XIX, coincidiendo con la época victoriana en Inglaterra.
Cada semana salían varios barcos de vapor cargados con este fruto a países del norte de Europa y a Marsella, desde donde viajaban a Estados Unidos y Canadá.
Hoy en día, toda la pasa escaldada se obtiene de la uva moscatel. En el siglo XIX, la época dorada de la pasa, la uva moscatel fue ganando terreno a la uva de planta, convirtiéndose en materia prima para el proceso de la escaldada. Esta uva moscatel se caracterizaba por ser propia de la zona del Mediterráneo, donde su viento la hacía de una calidad superior. Además, el equilibrio de temperaturas y las horas de sol favorecían su desarrollo y maduración.
Por ello, las pasas eran conocidas como «valencias» o «Dénias», haciendo referencia a su procedencia. Estos nombres eran muy populares y por toda Europa y muchas partes del mundo las pasas valencianas fueron conocidas y apreciadas por su inigualable dulzura.
Artículo de Paula Nieto